La piratería en línea es un ecosistema complejo y multifactorial, por lo que su resolución suele quedar en manos de los Estados o iniciativas multinacionales y Roja Directa se aprovecha de esta complejidad.
La reconocida web de contenido deportivo ilegal Roja Directa, fue condenada a pagarle 31,6 millones de euros al Grupo Mediapro, en compensación por infracción de sus derechos de autor y de marca, entre otros derechos de propiedad intelectual, que violó con la transmisión de partidos de LaLiga española de fútbol durante la temporada 2014-15.
Esta indemnización fue fijada en España por el Juzgado Mercantil nº 2 de A Coruña, que determinó que Igor Seoane, creador de Roja Directa, debe resarcir a Mediapro con 15,8 millones de euros por los daños y perjuicios que ocasionó con la distribución ilícita sin autorización de diversos partidos de fútbol, y por los que recibió millones de euros por el cobro de comisiones a diversas casas de apuestas deportivas, a las que desviaba el tráfico de la página, y por publicidad.
Puerto 80 Projects, administrador de la web Roja Directa, debe asumir el monto restante de más de 15 millones de euros, que fue calculado según lo que debió pagarle a Mediapro para tener acceso a la señal de los partidos que transmitió ilegalmente. La decisión del juzgado coruñés concluye un litigio de más de 10 años, iniciado por Mediapro, quien a través de estas actuaciones judiciales, también logró el cierre de Roja Directa en España.
Además de la obligación de pagar la indemnización acordada a través del proceso civil, Seoane enfrenta un procedimiento penal en el cual se enfrenta a LaLiga y a Mediapro, por haber infringido sus derechos de propiedad intelectual de manera continua –y lucrarse en el proceso– mediante Roja Directa. Este proceso está en fase de juicio oral y requirió el depósito de una fianza de 4 millones de euros.
Mientras estos procesos legales concurren en España, la página sigue activa fuera del país. Cuando dimensionamos que la industria del deporte podría superar los 680.000 millones de dólares en ingresos en 2028 (de acuerdo con GlobalData), y que esta cifra podría ser 28 millones de dólares mayor por año si este mercado no estuviese sujeto a la piratería de contenido en línea, se comprende el porqué entes como la Premier League de Inglaterra y LaLiga de España tienen especial interés en combatir la infracción de sus derechos de propiedad intelectual y transmisión; ya que los acuerdos de televisión y transmisión son una importante fuente de ingresos para las mayores ligas deportivas del mundo.
Por ejemplo, en España hay 25 % más de actos de piratería de contenido deportivo en línea que en el resto de la Unión Europea, según la Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO). De acuerdo con la consultora YouGov, uno de cada tres españoles consume contenido pirata. He aquí la razón por la cual Javier Tebas, presidente de LaLiga, ha centrado parte de sus apariciones públicas en criticar a plataformas como Roja Directa, en Europa, o MagisTV (ahora llamada FlujoTV), en América Latina, que se lucran con estas actividades bajo la “protección”, como dijo Tebas, “de grandes empresas como Google, X o Cloudflare” que no están tomando las medidas pertinentes para proteger a las ligas deportivas.
Como parte de la lucha de LaLiga contra esta práctica, se han logrado gracias a sus denuncias y vigilancia –hacia julio de 2024– más de mil sentencias contra locales públicos (entre restaurantes, cafeterías y hoteles) que incurren en fraude audiovisual dentro del territorio español. En Inglaterra, la Premier League también ha logrado cifras importantes: logró el bloqueo de más de 600.000 transmisiones ilegales durante la temporada 2022-2023.
Expertos en la materia aseguran que la piratería en línea ha aumentado por una combinación de factores que incluye, entre otras razones, el aumento de la conectividad, el auge de las plataformas de streaming (que tuvo su punto más alto durante la pandemia de 2020) y la entrada al mercado de los espectadores más jóvenes, quienes suelen inclinarse por una configuración multipantalla para seguir varios partidos al mismo tiempo y que se han abierto a otras formas de ver a los equipos, además del cable tradicional o la asistencia a los estadios.
Las plataformas de contenido bajo demanda representan también un cambio fundamental en este proceso, ya que ahora (a diferencia de hace unos años, cuando bastaba con tener una suscripción a cable) muchas de las ligas han suscrito acuerdos de transmisión con distintos servicios, por lo que, aunque aumentaron las maneras de ver deportes, también se “dispersaron” los eventos entre distintos medios que cobran por separado sus servicios, cuyo costo combinado puede ser alto para los fanáticos.
La piratería en línea es un ecosistema complejo y multifactorial, por lo que su resolución suele quedar en manos de los Estados o iniciativas multinacionales como la Operación404 que, en septiembre de este año, y durante su séptima fase de aplicación, logró el bloqueo de miles de sitios web y aplicaciones ilegales, así como la ejecución de cientos de órdenes de registro y la incautación de equipos utilizados para cometer ciberdelitos en Argentina, Brasil, Paraguay, Perú y Reino Unido.
Parte de las soluciones también se basan en la observancia de las leyes antipiratería existentes o el impulso de nuevas normativas de protección. Es por esto que, en 2023, la Unión Europea decidió no promulgar una ley comunitaria que restringiera la piratería en línea de deportes y, en cambio, dejó en manos de los países miembro esta responsabilidad. Pero, entretanto no haya un mayor refuerzo de las leyes, la piratería de contenido deportivo puede seguir creciendo.